¡Muy buenas! Hoy quiero hablaros de un fotógrafo muy especial: Nick
Veasey. Aunque parezca mentira, no usa para nada cámaras convencionales;
es más, la suya ocupa una habitación entera, y está situada en una casa
alejada del mundo, en medio del campo, y cubierta de unos materiales
que evitan que la radiación transmitida por la cámara salga al exterior.
Os preguntaréis qué clase de cámara usa; nada más y nada menos que una
máquina de rayos X.
Así es, el fotógrafo Veasey, nacido en Londres en 1962 comenzó con el
arte de los rayos X cuando asistió a un programa televisivo en el que
le pidieron que fotografiase una lata de refresco con rayos X. Aquella
idea le fascinó; el poder ver a través de las cosas, eliminando la
carcasa superficial del mundo. A partir de ahí ahorró una gran cantidad
de dinero para comprarse una máquina de rayos X, 700 veces más potentes
que las de los hospitales convencionales, y 700 veces más peligrosa,
debido a la magnitud de esa radiación que transmitía. No sólo le bastó
con eso sino que, como ya he dicho antes, tuvo que construir una casa
con muros aislantes de radiación y miles de medidas de seguridad. La
razón por la que se compró una máquina tan potente es porque no sólo
quería fotografíar los pequeños objetos cotidianos, sino autobuses,
ascensores o incluso aviones.
Esto abrió sus ojos, podía ver el funcionamiento de cualquier juguete u
otro objeto, “desmaquillar el mundo” y poder mostrarle a la gente una
nueva visión de cada cosa vista día a día.
Esta técnica le llevó a varios problemas, y es que el intentar
fotografiar a personas con esa cámara le suponía un gran riesgo, debido a
las grandes cantidades de plomo y otros materiales radiactivos que se
emplean para esta técnica. Las personas o animales que entran en esa
habitación no pueden sobrepasar el límite de 12 minutos, que quizá no le
aporta a Veasey el suficiente tiempo para tomar la fotografía que
necesita. Es por ello que empezó a emplear el uso de cadáveres, que, en
cuanto estaban disponibles, los usa para sesiones de hasta un máximo de 8
horas, aportándole así un buen resultado y antes de que los cadáveres
entren en fase de descomposición. Otra alternativa qe tomó fue usar
esqueletos metidos en envolturas de goma, también usados por los
estudiantes de antropología para simulacros y estudio de enfermedades.
A continuación os dejo algunas imágenes de su colección entre las que
se incluyen personas, animales, juguetes, medios de transporte y más:
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Cangrejo. |
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Mini. |
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Leyendo el periódico. |
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Planta carnívora. |
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Portátil. |
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Autobús. |
Si os ha gustado este artista, podéis visitar su página web:
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